Karol Wojtila y el judaísmo
"El Papa me salvó"
9/4/2005
Edith Tsirer, ciudadana israelí residente en Haifa, fue salvada de niña en 1945, por el entonces sacerdote Karol Wojtyla, apenas salió del campo de concentración nazi en Polonia.
BBC.-"Ya entonces estaba claro que era una persona especial.
Para mí, fue como un ángel. Y me alegra y alivia haber podido, años después,
agradecerle personalmente. Ahora, lloro su muerte".
Así cuenta a la BBC esta mujer judía, de 73 años, convencida de que de no ser
por la ayuda que recibiera de niña, a los 13 años, del sacerdote que se
convirtió más tarde en el Papa Juan Pablo II, hoy no estaría con vida.
En 1945 fue liberada del campo de concentración y estaba sola en el mundo,
habiendo perdido -sin saberlo con certeza- a toda su familia.
Logró llegar a una pequeña aldea, aún vestida con la ropa a rayas de prisionera,
pero nadie le ofrecía ayuda.
"Él me dio fuerzas para vivir"
Mis piernas no me sostenían. Entonces él me puso a sus espaldas. Era robusto,
con aspecto de atleta y simplemente me cargó. Así me llevó más de cuatro
kilómetros en la nieve
"De repente aparece una figura de un sacerdote católico, con una sotana marrón,
apuesto. En ese entonces tenía 25 años. Me preguntó por qué estoy así sentada y
dije que no puedo pararme. Desapareció y me trajo un vaso de té con un platillo
abajo, tras años en los que yo comía de una vasija herrumbrada encadenada a mi
mano. Y me trajo enormes trozos de pan con queso. ¿Te imaginas? Es como si hoy
me trajeran un plato de oro con las tortas más sabrosas del mundo".
Minutos después le dijo que sería mejor irse de allí y tratar de llegar a
Cracovia. "Extendió sus manos y me las dio para que me apoye, pero yo me caí.
Hacía días que no me movía. Mis piernas no me sostenían. Entonces él me puso a
sus espaldas. Era robusto, con aspecto de atleta y simplemente me cargó. Así me
llevó más de cuatro kilómetros en la nieve". Era el sacerdote Karol Wojtyla.
Edith Tsirer
Edith Tsirer asegura que cuando salió del campo de concentración estaba muy
débil.
"Él me dio fuerzas para vivir. Yo no pensé ni por un momento que estaba con un
sacerdote, sino simplemente con un ser humano, con un ángel que Dios me había
enviado. No pensé que esa era una persona normal que carga una niña llena de
piojos, sucia, rapada, de 29 kilos, fea y la ayuda como él me ayudó. Fue un
milagro. Era como si Dios hubiese bajado del cielo".
En 1978, cuando el Cardenal Wojtyla fue electo Papa, Edith estaba sola en su
casa en Haifa al leer la noticia y reconocer tanto la foto como los datos
biográficos publicados. "Me caí de la silla, me desmayé. Pero la verdad, me
pareció muy lógico".
Se reencontró con el Papa en 1997
Recién en 1997 entabló contacto epistolar con el Vaticano y meses después fue
recibida allí por el Papa.
A mi lado se detuvo largo tiempo y yo le dije que me emocionaba mucho volver a
verle. El me tomó la mano y me abrazó
"Yo no me arrodillé ni le besé el anillo y él simplemente con sus dos manos, me
tomó la mano. El sabía que yo estaba allí. Le dije que había venido
especialmente de Israel para agradecerle por haberme salvado en 1945.
El encuentro fue corto pero hice lo que quería hacer, verlo personalmente, tomar
su mano y agradecerle".
En marzo del 2000, Juan Pablo II visitó Israel. Y al llegar al Museo
Recordatorio del Holocausto, Yad Vashem, en Jerusalén, Idit-Edith como él la
conocía- era una de los seis sobrevivientes que le esperaban" (cada uno
simbolizando a uno de los seis millones de judíos asesinados por los nazis).
"A mi lado se detuvo largo tiempo y yo le dije que me emocionaba mucho volver a
verle. Él me tomó la mano y me abrazó".
Hace pocos meses, como en todos los últimos años, Idit recibió una tarjeta de
Navidad del Papa. "Me escribió en polaco, como siempre, en una letra muy difícil
de leer. Se notaba que le temblaba la mano. Cuando recibí esa tarjeta, me dije
que esa, seguramente, era la última vez".